El sentido etimológico de la palabra personalidad, deriva de “persona”, del latín
personam, aludiendo a la máscara que los actores griegos empleaban en las
representaciones teatrales. Poco a poco, el término fue pasando de su significado concreto a
otros de índole más abstracta.
A menudo, los pacientes me comentan en sesión que no tienen personalidad, me
doy cuenta de cómo hemos ido adoptando y confundiendo el término en nuestra cultura,
pensando que cuando no sabemos cómo actuar o qué decidir, o incluso que “no sabemos
reaccionar a tiempo”, lo confundimos con falta de personalidad. Esto me hace indagar más
en el término y encontrar diferencias con el temperamento y el carácter.
La definición, aunque ha ido variando de significado, contiene una idea que siempre
prevalece: Engloba el conjunto de cualidades del sujeto.
El carácter es una función de la personalidad y aparece como un
aspecto importante de ésta y, para algunos autores, la resume. Para mí, el carácter depende
de nuestra personalidad (en parte), pero no son términos equivalentes.
El carácter se establece a través de la adaptación del individuo ante las experiencias
que va adquiriendo desde su nacimiento, en relación consigo mismo y con el mundo. Con
lo que, la formación del carácter, como parte de nuestra personalidad, se establece por la
relación del individuo con el ambiente. Es decir, nuestro carácter está compuesto en parte,
por un componente genético (aquel que forma parte de nuestra personalidad), y en parte
por lo que adquirimos a través de nuestras experiencias y del ambiente. Las vivencias que
influyen directamente en el desarrollo de nuestro carácter, están determinadas
fundamentalmente por las experiencias que adquirimos en la familia (sobre todo con
nuestros padres), y por las que obtenemos en el medio social (sobre todo de figuras
importantes para nosotros, principalmente durante la infancia).
La palabra “carácter” deriva del griego,”charaxo”, que significa grabar. Teniendo
en cuenta el eneagrama del carácter, y a C. Naranjo ( psiquiatra pionero en la terapia Gestalt), el carácter hace referencia a lo que se ha ido grabando en el sujeto, es decir a los condicionamientos emocionales,
comportamentales y cognitivos.
C. Naranjo, comenta que el carácter está compuesto por rasgos que aparecen por
identificación con los rasgos de nuestros progenitores, o por rebeldía, es decir, por no
querer ser como nuestros padres en esos aspectos particulares. La adquisición del carácter
implica la pérdida de contacto con nuestro ser auténtico y espontáneo, y dificulta la manera
de conocernos y amarnos.
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